Jordi Llonch
Innovation Strategy Consultant
La metodología Lean Startup es un concepto acuñado por Eric Ries, aunque proviene de las teorías de Lean Manufacturing de Toyota en Japón. Es la evolución del concepto tradicional de Lean, al caso concreto del lanzamiento de Startups al mercado.
Tradicionalmente la filosofía Lean aplicada a los procesos productivos, pone su atención en eliminar cualquier tipo de desperdicio. El caso típico, suele ser eliminar los stocks intermedios entre procesos, que casi todas las plantas de producción tienen. Con esta metodología de producción se consigue resaltar todas aquellas actividades que aportan valor a la cadena de producción, eliminando todo aquello que genera gastos innecesarios.
¿En qué consiste?
El método lean startup es una metodología basada en “aprendizaje validado”, es decir, ir verificando poco a poco las hipótesis antes de tener el producto final (la startup definitiva) y comenzar a escalar el negocio.
La idea es definir y acortar los ciclos de desarrollo, lanzando distintas propuestas durante un periodo de tiempo y obteniendo opiniones y propuestas de mejora de nuestros potenciales clientes, con las que mejorar la siguiente versión del producto.
Dentro del Lean Startup, se distinguen 3 técnicas:
- Desarrollo de clientes
Es necesario comprobar si el producto satisface las necesidades del cliente. Para ello, se debe salir a la calle y preguntar a los que serían nuestros clientes potenciales, se les enseña el producto, que lo prueben y den sus opiniones de la forma más sincera y constructiva posible. Así, se va construyendo el producto final, siempre con el foco en el cliente.
- Lienzo de modelo de negocio (Business Model Canvas)
Consiste en visualizar y diseñar un modelo de negocio dinámico y visual, plasmado en un lienzo denominado Business Model Canvas, del cual hablamos en otro artículo y explicamos en profundidad. Está dividido en cuadrículas, cada una dedicada a un aspecto fundamental del modelo de negocio: propuesta de valor, ingresos, gastos, canales de adquisición, entre otros. En estas cuadrículas se van añadiendo y quitando ideas continuamente hasta tener una versión final.
- Metodologías ágiles o SCRUM
Consiste en un conjunto de técnicas de comunicación dinámicas y rápidas para proponer ideas, mejoras e ir configurando el proyecto final en un equipo de trabajo. Se pueden utilizar, por ejemplo, software de gestión de proyectos para organizar las tareas o reuniones cortas y concisas para evaluar el trabajo del día anterior y el que se va a hacer ese día.
5 Pasos fundamentales en el método lean startup
Hay que partir de un problema a resolver y explicar por qué el cliente estaría dispuesto a pagar por tu oferta.
Para identificar el problema, se puede realizar una serie de entrevistas a los clientes potenciales e identificar qué les preocupa realmente. Debemos saber si existe una necesidad real en nuestros clientes.
Desde crear un producto o servicio con las características mínimas básicas para comprobar si es lo que el mercado quiere hasta una demostración de cómo funciona, todo es posible. El objetivo es saber si la gente lo querría y lo compraría.
Esta primera validación será de los adoptantes precoces, los primeros usuarios que lo utilizarán y los más susceptibles de probar cosas nuevas en el sector en el que estamos operando.
La mejor manera de saber qué métricas se implementarán es identificando cuáles son los pasos a seguir para llegar hasta la oferta que estés ofreciendo, y cuántas veces recurrieron a ellos para comprar.
Es fundamental identificar los indicadores de calidad o métricas de uso de un producto, medirlas para saber si cumplimos objetivos y usar las mediciones para perfeccionar y mejorar nuestro producto.
Significa que ya se habrán realizado ajustes y cambios tanto en el producto o servicio, como en el mercado y proveedores. La idea es ir aprendiendo del entorno al que va dirigido el producto en función que avanza el proceso de creación e investigación.
Es fundamental saber escuchar a todos las partes interesadas del negocio, ya que son las personas implicadas directa o indirectamente en el producto/servicio e incorporar su crítica y opiniones puede marcar una diferencia muy notable al final del proceso.
Una vez se ha hecho todo el proceso con un prototipo del producto o servicio, es momento de volver a repetir todo el proceso y poner en marcha los pasos anteriores una vez más ya con un producto o servicio mejorado para de esta forma cerciorarnos que nuestros clientes potenciales conocen bien nuestro producto y realmente están interesados en adquirirlo.
Lanza el MVP
Si se aplican los pasos anteriores del método Lean Startup, el resultado que obtenemos es lanzar, primero un Producto Mínimo Viable (MVP, por sus siglas en inglés) o prototipo: un producto muy básico, con las funcionalidades esenciales, para probar cómo reacciona nuestro público objetivo.
Con sus comentarios, reconstruimos y mejoramos el producto y lanzamos una nueva versión y realizamos el mismo proceso.
Así varias veces para ir puliendo el producto entorno a lo que el cliente demanda, identificando por qué está dispuesto a pagar de nuestro producto/servicio.
Está demostrado que los proyectos que siguen la metodología Lean Startup tienen un índice de éxito mayor que los proyectos que siguen la manera tradicional.
Esta metodología nos permite adelantarnos a retos que nos puedan surgir y darnos cuenta a tiempo de que ese negocio puede no tener futuro, pivotando hacia otro modelo de negocio, modificando la propuesta de valor, etc., llevando nuestra idea hacia una dirección en la que podamos tener más éxito.
Si nos empeñamos en seguir con un proyecto que no tiene futuro, que el cliente no necesita y no está dispuesto a pagar, por muy bien que lo tengamos diseñado, no tenemos negocio y acabaremos fracasando. El objetivo del método Lean Startup es ayudarnos a descubrir el camino adecuado reduciendo al mínimo nuestras posibilidades de fracaso.