Jordi Llonch Esteve
Innovation Strategy Consultant
Hoy en día, tener una amplia experiencia en el sector o el nicho de mercado en el que estamos situados ya no es suficiente. Bien es cierto que tener experiencia empresarial puede ayudar a solventar muchos problemas, pero si no innovamos puede acarrearnos muchos otros.
De eso es de lo que vamos a hablar, de la imperiosa necesidad de innovar si no queremos caer en el olvido y ser comidos por nuestros competidores. Es muy habitual, sobretodo en empresarios/as con raíces en la era industrial y con una mentalidad defensiva, el hecho de expresar dificultades en establecer una cultura de innovación fuerte. Y es aquí donde se empieza a ver claro que o la empresa innova o no podrá competir en el mercado.
Ante esta situación, los/las emprendedores/as tienden a movilizar iniciativas instintivas como: recurrir a la innovación abierta y programas de intraemprendimiento.
RECONÓCETE A TI MISMO
Para elaborar una nueva cultura de innovación corporativa en tu empresa, lo primero que hay que hacer es levantar el espejo y reconocer quién eres tú como empresa. Para facilitar esta faena, analiza el perfil de tus empleados, todos ellos acudieron a ti por algún motivo. Y es vital entender que los empleados eligen desarrollar sus carreras en corporaciones grandes, por razones específicas.
Principalmente, es por el éxito profesional, y por lo tanto en una empresa se medirá por beneficio y rango. Con esto ya tenemos una clave de cómo es nuestra empresa actualmente, y por lo tanto hemos encontrado un punto de referencia desde donde empezar.
Hay que tener en cuenta que un cambio cultural no es tarea fácil, requiere un entrenamiento constante. Además de una serie de cualidades básicas como la confianza, un buen liderazgo y sobretodo paciencia y tiempo. Es vital, si queremos que funcione, que sepamos como empresa quien somos y nos fijemos objetivos claros sobre qué es lo que queremos cambiar. Y luego, descubrir las iniciativas que se adecuen a nuestra personalidad corporativa.
LOS 5 PRIMEROS PASOS
Estos factores representan acciones visibles, tangibles y prácticas que crean una base muy sólida y que son vitales, ya que una vez hayamos conseguido llevarlas a cabo estaremos listos para avanzar hacia nuestras iniciativas corporativas específicas.
1. La primera persona que debe promover la innovación es el Director General. Debemos cerciorarnos de que sea la persona que promueve la agenda de innovación hacia sus empleados. Los cambios que queramos realizar, deben ser públicos para que no solo el equipo directivo, sino toda la compañía, forme parte del cambio. Y además debe conseguir y establecer que los fracasos sean renombrados como experiencias de aprendizaje para comenzar a establecer una cultura de permisos.
2. El segundo punto consiste en realizar una hoja de ruta para que todo el equipo entienda los objetivos y las áreas clave de la estrategia interna. Esto ayudará y motivará a los empleados a hacerse suya la estrategia, así como también reconocer el retorno de establecer una cultura de innovación.
3. Decide dónde quieres dedicar más dinero y tiempo en cuanto a la innovación cerrada y a la innovación abierta. Recuerda que la innovación cerrada representa la I+D interna y el espíritu emprendedor. Por otro lado, la innovación abierta representa las alianzas, fusiones, adquisiciones y corporate venture capital. Una vez que hayas decidido en cuál de las dos quieres enfocarte, asigna recursos y fondos en consecuencia.
4. Establece métricas de innovación específicas de la hoja de ruta. Crea formas de cuantificar que sean más motivadoras y gratificantes para tus empleados. Es decir, en lugar de medir la cantidad de nuevos productos o servicios entregados al mercado, mide el aumento del porcentaje de ingresos de nuevos productos y servicios en comparación con los existentes.
5. Adopta un enfoque progresivo de «gatear, caminar, correr». La mayoría de empresas no carecen de ideas, pero sí de recursos. La escasez de recursos suele conducir a perder de vista el objetivo, y es en ese instante en el que con él se pierden también la responsabilidad y la propiedad por el proyecto de innovación. Por lo tanto, es fundamental que se limiten el número de iniciativas y se vayan añadiendo a medida que vamos consiguiendo las anteriores.
De esta forma siempre mantendremos un objetivo a corto plazo y será mucho más gratificante puesto que continuamente veremos que cumplimos los mismos.
OTRO PUNTO DE VISTA
Emprender este tipo de cambios es una tarea complicada, y muchas de las empresas que quieren desarrollar una cultura de innovación corporativa se ayudan extrayendo ideas de perspectivas externas. Puesto que es muy complicado ser objetivo, descubrir los errores y realizar cambios en algo con lo que convives cada día, te recomendamos que busques ayuda y corporaciones externas para impulsar los cambios en la cultura de tu empresa. Dado que esto te aportará una visión externa y objetiva de lo que realmente necesita tu negocio, además de implementar infinitas ideas innovadoras que sin duda te harán crecer.